Maze-Lab (laberinto-laboratorio) muestra la recreación personal del tema ancestral y mitológico del laberinto que por más de una década lleva investigando Ernesto Ríos. Maze-Lab se compone de una veintena de obras en distintos formatos y diversas técnicas. Algunas de las piezas tienen carácter interactivo dejando así que el público se convierta en protagonista y deje de ser un visitante pasivo. El artista mexicano logra construir un universo laberíntico combinando materiales básicos y usualmente desechables, como cerillas quemadas y arena, paralelamente con el uso de la tecnología.